Cada vez más se escucha a personas adoptando este estilo de vida, no sólo por salud, si no también por el cuidado del medio ambiente.
Es una práctica que bien llevada tiene muchos beneficios para el cuerpo desde el mantener buena digestión, hasta la disminución del riesgo a padecer enfermedades del corazón, diabetes o inclusive cáncer. También estas dietas se asocian con un menor peso corporal o la disminución de la tensión arterial.
Existen algunas versiones flexibles de una alimentación vegetariana, sin embargo, la conceptualización de esta dieta excluye a los alimentos de origen animal como lo son carnes, huevo, leche y derivados.
De acuerdo con una publicación del American Journal of clinical Nutrition (2017), varios autores presentan una opción de guía alimentaria para vegetarianos, basada principalmente en el aporte de nutrimentos y los grupos mayormente consumidos en este tipo de alimentación.
Se incluyen grupos de alimentos flexibles y que pueden dar un aporte extra de Nutrimentos a la dieta como se puede observar en la piramide.
En una dieta vegetariana es importante incluir algunos suplementos principalmente la vitamina B12 para evitar anemia, así como algunos otros dependiendo del consumo de alimentos o la condición fisiológica de la persona.
Tal es el caso del calcio y el hierro, sobre todo para adolescentes en desarrollo, mujeres embarazadas, entre otros, ya que aun cuando hay alimentos que los proveen, las fuentes animales son más biodisponibles comparadas con las vegetales y hay un riesgo mayor de deficiencia en estos casos.